Viajes culturales
La rica y diversa cultura de Mauricio, nacida de raíces europeas, africanas y asiáticas, le espera con los brazos abiertos. La población local es inmigrante sin excepción, puesto que eran islas deshabitadas; desde hace siglos la humanidad vive allí en armonía racial y religiosa, la piedra angular de la sociedad mauriciana. La cultura de la isla puede ser descubierta de muchísimas formas: visitando los coloridos mercados o las fiestas trepidantes, los templos y los santuarios. Es irrenunciable conocer la sega de Mauricio, un estilo popular de música y baile local, que a menudo se alarga toda la noche; también la tradicional Sundowner, en la que los locales comen, beben y bailan en los pubs los viernes por la noche.
El Grand Bassin, también conocido como Ganga Talao, es una visita obligada. Se trata de uno de los pocos lagos naturales de Mauricio, y un afamado lugar de peregrinación para los mauricianos de fe hindú. Este apasionante enclave es el hogar de muchos de los dioses hindúes, aunque el mayor templo hindú és el Maheswarnath Mandir, en Triolet, donde encontramos la población más grande de las islas.
La prisión de Port Louis era lugar de detención de esclavos, y también vale la pena visitarlo; también el Aapravasi Ghat, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El glamour de otras épocas se halla, como no, en las residencias de los antiguos comerciantes de caña de azúcar; Eureka House brilla con luz propia con sus 109 puertas y ventanas y las torretas en la azotea, mientras que los jardines del Chateau Labourdonnais se inspiran en Versalles.
La idea de felicidad para un mauriciano es una buena comida en familia; ¡no dejen de probar la comida de los vendedores ambulantes! Recomendamos el Indian gato pima (pasteles de chile), las albóndigas chinas, y la alooda (batido con leche de coco, jarabe de rosa y semillas de albahaca).